Juan bosch en cuba

Español

El día 27 del mes de enero de 1939 el vapor «I Roquis», procedente de Puerto Rico,

hacía su entrada en la bahía de la Ciudad de La Habana, guiado por una de las peque

ñas embarcaciones de la Capitanía del Puerto. En el puente superior del vapor, como

era habitual, se agrupaban los pasajeros contemplando la bella ciudad —construida con disímiles

y encantadoras arquitecturas coronando las lomas—, como si quisieran guardar las imáge-

nes, meditando lo que les deparaba o comparándola, aquellos que la visitaban por primera

vez, con la idea que se habían hecho de ella. Seguramente era un día común del mes de enero

con una temperatura agradable de unos 22 grados Celsius, aunque quizás muy fría para algu-

nos acostumbrados a las más elevadas de Puerto Rico o la República Dominicana. Gris el día,

con esporádicas claridades radiantes por las salidas del sol filtrándose entre las nubes.

Atracado el vapor en el espigón correspondiente, comenzaron a bajar los pasajeros, entre

ellos el dominicano Juan Emilio Bosch Gaviño, con las mismas carnes magras y la mirada

escrutadora que lo acompañarían durante toda su vida.

No era un encuentro entre extraños, don Juan conocía bien la ciudad por sus asiduas lecturas

de las revistas Carteles y Bohemia, de amplias circulaciones por el Caribe y la América. La

ciudad y sus ciudadanos también sabían de él por sus cuatro cuentos publicados en Carteles.

El 1ro de mayo del año 1932 había salido impreso el primero bajo el título «La mujer»; luego

«La Pulpería», el 19 de julio de 1936; «El Cobarde», el 27 de septiembre de 1936 y «Dos

pesos de Agua», el 28 de marzo de 1937. También, en el mes de mayo de 1932, el periódico

Social dio a conocer su cuento «Forzados».

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