Alfonso Reyes a Pedro Enrique Ureña
Al llegar a Méxic~’?edro Henríquez
Ureña (1884-19~:h”al~tatt~rminadoya
el bachillezato, Párecí~i*berlolçído todo
y tenía una férre~‘r!is~ijiinapersonal,
Contaba ya con un libro publicado (En-
sayos críticos,, 1905). Alfoñso Reyes
(1889-1959), cinco años menor, era un
joven preparatoriano que comenzaba a
escribir. Pese a la diferencia de edades,
Reyes fue la amistad mexicana que pro-
fundizaría más y con la que mantuyo
vínculos hasta su muerte. “Amigo y pre-
ceptor imperioso”, Henríquez Ureña
impulsó aljoven Alfonso a estudiar más,
a saber más, a corregir y pulir cuanto
escribía, a desconfiar de su facilidad, a
endurecerse, a encontrar tiempo para es-
tar en la calle y en la vida, y a saber-
lo todo al mismo tiempo. De parte de
Henríquez Ureña, la solicitud extrema
para con su amigo Reyes estaba apoya-
da no en una amistad gratuita y ciega,
sino en la certeza de que su vocación de
formador había encontrado en Alfonso
Reyes la más noble materia prima para
construir un gran escritor, Por eso,junto
a las reprensiones resulta conmovedor
encontrar en las cartas de Henríquez
Ureña halagos generosos y objetivos:
“Tú eres de las pocas personas que es-
criben el castellano con soltura inglesa
o francesa; eres de los pocos que saben
hacer ensayo o fantasía.”